Ayer cumplí mi objetivo.
Hace tres meses llegué a Medeho, al despacho de Enrique, física y psicológicamente hundida, o así lo creía yo. Me veía incapaz de salir por mí misma del pozo en cual también, yo misma, me había metido. Con el tiempo, y con la ayuda de Enrique, descubrí que esta creencia mía, no era cierta, o al menos, no tan cierta, ni tan terrible como yo imaginaba. Y descubrí también que cambiar ese estado estaba en mi mano, y que no era tan complicado como yo pensaba.
Siguiendo los consejos, las pautas y las indicaciones de Enrique y la Dra. Bergua conseguí ir ordenando mi cuerpo y cabeza, y lo más importante, asumir el control de mi vida, que es mío pese a cualquier tipo de circunstancia que me rodee. Y conseguí actuar, transformar en hechos las palabras y los pensamientos que tantas veces había sentido que tenía, que necesitaba realizar, y que no ponía en marcha inventando mil excusas.
Ayer di un paso que ha abierto una gran puerta, sé que no todo el trabajo está hecho, al contrario, este es el comienzo. El comienzo de una nueva vida, de la vida que yo quiero, de mi vida.