Al nacer, los bebés cuentan con una piel sensible. Las capas de su epidermis son menos gruesas de lo que después son en la edad adulta; además, las glándulas sebáceas y sudoríparas de los bebés están menos activas, por lo que la película de grasa que protege la piel (película hidrolipídica) y el manto ácido protector son aún débiles. Todo esto se traduce en que cuentan con menor barrera de protección cutánea y una piel menos resistente. Alrededor de los seis años, su piel va alcanzando un nivel de maduración similar al que podemos tener los adultos, por lo que son menos sensibles a agentes externos y menos propensos a enfermedades de la piel. Vamos a ver qué afecciones son las más comunes en sus primeros años.
1. Dermatitis atópica Esta es la enfermedad de la piel más frecuente en la infancia. Según datos de la Fundación Mexicana para la Dermatología, está presente en alrededor del 64% de los niños entre 2 y 12 años. Sus síntomas incluyen piel seca, enrojecimiento, descamación o picor, y pueden aparecer en distintas partes del cuerpo. Las mejillas, por ejemplo, es la zona más común de dermatitis en los lactantes (menores de 12 meses); durante la infancia y hasta la pubertad, es más frecuente en zonas de pliegues, párpados, alrededor de la boca, detrás de las orejas o manos o pies. a dermatitis atópica es más prevalente en niñas y niños con antecedentes familiares. Cuando uno de los padres experimenta esta enfermedad, la probabilidad de desarrollarla se sitúa entre el 50-60%; y en el caso de que ambos padres sean atópicos, la probabilidad aumenta al 80%.
2. Costra láctea o dermatitis seborreica del lactante Esta es una forma de dermatitis que aparece tras el nacimiento y va desapareciendo por sí sola. Se caracteriza por la aparición de costras o escamas grasosas en el cuero cabelludo de los bebés. A diferencia de la dermatitis atópica, la costra láctea no se trata de una condición que resulte especialmente molesta. Se asocia con exceso de producción de sebo en determinadas zonas del bebé. Aunque a menudo empieza en el cuero cabelludo, también se puede dar en las orejas, cejas, tronco o las zonas de grandes pliegues. El tratamiento de esta enfermedad, prescrito por un dermatólogo, se suele enfocar en la hidratación de las costras para evitar posibles picores y favorecer su caída.
3. Infecciones virales comunes Las verrugas son las infecciones virales que afectan más comúnmente a la piel durante la infancia, generalmente presentes en manos y pies. Las verrugas víricas son causadas por el virus del papiloma humano (VPH). Pueden ser únicas o múltiples y no causan síntomas. La proliferación del VPH que ocasiona la aparición de estas verrugas suele darse en momentos de defensas bajas, por lo que suele desaparecer con el tiempo (1 o 2 años), cuando el cuerpo adquiere la inmunidad para destruir el virus. Otra enfermedad de la piel derivada de algún virus común en los niños es el molusco contagioso. Suele afectar a niños entre 10-12 años y es ocasionada por el Poxvirus, que puede transmitirse por contacto. Los síntomas de esta enfermedad son pápulas o granitos del color de la piel o rosadas que son indoloras y suelen aparecer en la zona de la cara, el tronco y las extremidades.
4. Dermatitis del pañal Esta forma de dermatitis se presenta en aproximadamente el 20% de lactantes. Se trata de una irritación e inflamación de la piel en la zona del pañal: glúteos, genitales externos, ingles o muslos. Lo mejor para evitarla es cambiar con frecuencia el pañal, mantener la piel hidratada y aireada y emplear una hidratación suave y diseñada para esta zona para evitar la proliferación de hongos como el candida.
5. Pediculosis (piojos) Este es el nombre que recibe la irritación cutánea del cuero cabelludo derivada de una infestación por piojos. Afecta principalmente a niños y niñas entre 3-12 años y se transmite por contacto y exposición, especialmente durante el invierno y la primavera. Su síntoma principal es un intenso picor en la nuca y detrás de las orejas, además de la presencia de liendres (huevos de piojo). Debe ser tratada siguiendo las indicaciones de un especialista para conseguir la erradicación de los piojos. En cualquiera de estos u otros casos, es importante acudir a un dermatólogo para obtener el diagnóstico adecuado y decidir el mejor tratamiento para preservar la salud de la piel de tu hijo.
Fuente: Fundación Mexicana Para la Dermatología